El coronavirus y las políticas de contención que apuntan a controlarlo han cambiado la forma en que trabajamos y consumimos. Si analizamos situaciones similares a lo largo de la historia, vemos que esos cambios no siempre fueron temporales, ya que las crisis −como esta que estamos viviendo− pueden cambiar fundamentalmente nuestras creencias y nuestros comportamientos. Para no remontarnos muy atrás en la historia pensemos en un hecho del pasado reciente: el 9/11. El ataque terrorista cambio las normas de seguridad en el transporte en todo el mundo. Se generalizó un cambio profundo en la sociedad en la relación entre la privacidad de las personas y la seguridad. Como resultado, estuvimos dispuestos a aceptar mayores niveles de control y vigilancia en pos del interés de la seguridad colectiva.
Turismo: ¿cómo será el día después del coronavirus?
CRISIS EN TURISMO.
Es cierto que casi ningún sector de la economía ha salido indemne de la crisis originada por el Covid-19, pero no existe un sector tan golpeado como el del turismo, por eso podemos afirmar, sin lugar a dudas, que la mayor víctima es la actividad turística.
El crecimiento del turismo en estos últimos años se debe al auge de la globalización económica. Por esto cabe preguntarse si el mundo seguirá igual que antes; ¿la globalización se transformará en desglobalización?
La crisis del Covid-19 se ha convertido ya en otro cisne negro de este siglo (al menos para mí, ya que algunos opinan que fue un hecho que se veía venir), como los mencionados atentados del 11 de septiembre de 2001 y el proceso desatado por la caída de Lehman Brothers, en septiembre de 2008.
La recesión que se ha generado es parte inevitable de la forma de luchar contra el virus. Pero llega cuando muchos gobiernos del mundo tienen menos instrumentos para luchar contra sus efectos, y tendrá unos enormes costos.
ANTES Y DESPUÉS DEL CORONAVIRUS.
Debemos ser conscientes de que habrá un antes y un después de esta crisis. Nadie sabe cómo saldremos ni cuando, pero probablemente tendremos un nuevo mundo basado en otras reglas.
Las relaciones bilaterales se revisarán. Por eso es posible que uno de los efectos no deseados de esta situación sea que los países comiencen a regular más sus fronteras desde el punto de vista comercial.
Es valido preguntarnos entonces que pasará con nuestra actividad el día después de que se levanten todas las restricciones a la circulación.
ESCENARIOS DEL TURISMO INTERNACIONAL 2020.
Las perspectivas para 2020 han sido corregidas a la baja varias veces desde que surgió el brote, y la incertidumbre continúa dominando. Los escenarios actuales apuntan a un posible declive de las llegadas, de entre el 58% y el 78% para este año. Dependerá de la velocidad de la contención y de la duración de las restricciones de los viajes y el cierre de las fronteras, según la OMT.
Después del Covid-19 viajar será más caro; algunas aerolíneas no podrán seguir operando, algunas rutas se cerrarán y la demanda caerá hasta tanto se logre recuperar la confianza de los consumidores, lo que en gran medida depende de la velocidad con la que se logre controlar la pandemia.
Las compañías aéreas no solo deberán hacer frente a la reducción en la cantidad de pasajeros, sino que tendrán que implementar sistemas de seguridad sanitarios de la misma manera que un a un pasajero se lo revisa para ver si porta un arma o un explosivo. En el día después se lo revisará para comprobar si porta un virus, y eso podría ocurrir en la misma en la misma fila de embarque, con un incremento de costos fijos.
Aunque ya se han dado a conocer los protocolos de las compañías aéreas, aún no sabemos si podrán aplicarse de esa manera o deberá regularse la cantidad de pasajeros en los aviones. Los vuelos no podrán llevar tanta gente, por lo que los índices de ocupación serán menores y habrá que cobrarle más a cada pasajero para cubrir los costos operativos.
CAMBIOS EN HOTELES.
Los hoteles también deberán asumir mayores costos en pos de brindar seguridad a los huéspedes.
Las recomendaciones de la American Hotel & Lodging Association (AHLA) van a llevar a nuevas modalidades del servicio. Algunos de los cambios que podremos encontrar serán los siguientes:
-Ingreso (check-in) a través del celular.
-Protocolos de periodicidad de limpieza de habitaciones según requerimientos del huésped (Housekeeping no entrará a la habitación sin su autorización).
-Desaparición del servicio de desayuno en la modalidad buffet (los alimentos deberán estar envasados).
-El servicio a las habitaciones (room service) será reemplazado por un sistema de entrega sin contacto.
-Adiós al valet parking (cada uno estaciona su auto).
-Piscinas con menos reposeras para respetar la distancia segura.
-Desinfección continua de áreas publicas (ascensores, mostradores del front desk, cajeros automáticos, escaleras y áreas del gimnasio, entre otros).
Y aun no tenemos claro de qué manera se verá afectado el sector de eventos.
EL FUTURO DEL TURISMO.
Es difícil predecir con cierto grado de certeza cuáles serán los cambios en la sociedad el día después del Covid-19. Sin embargo, podríamos creer que veremos un incremento de las medidas destinadas a la preparación para las crisis, resiliencia social, solidaridad social y acceso a la atención de salud.
Para algunos analistas es fácil ver cómo la crisis podría acelerar las tendencias nacionalistas, y algunos ya están hablando de la posibilidad de un "gran desacoplamiento" de las interdependencias internacionales.
¿Será el fin de la globalización? Me inclino más a pensar en una nueva forma de globalización.
Cuestiones como si se volverá viajar igual que antes de esta situación por el deterioro de las economías domésticas, si existirá la misma confianza en los destinos, o si los viajes de negocios y los servicios asociados recuperarán el tiempo perdido, a fecha de hoy no se pueden responder. Y esa incertidumbre es la que seguramente marcará las decisiones de las próximas semanas/meses, una vez que salgamos de la situación de alarma.
PRECAUCIONES Y CAMBIOS.
Según un estudio del Henderson Institute, el think tank de Boston Consulting Group (BCG) las implicancias potenciales de estar más tiempo en casa pueden llevar a un cambio en la forma de hacer turismo.
Si bien el estudio prevé una caída general en el sector turístico, en el caso del turismo doméstico el pronóstico es a la suba.
Según el CEO de Airbnb, Brian Chesky, y coincidiendo en parte con el pronóstico de BCG, la tendencia se dirigirá a un turismo más doméstico y local, cercano a los grandes núcleos urbanos o sin salir del país, ya que “la gente quiere salir, pero estando segura. No quiere subirse en un avión, ni viajar por negocios, ni cruzar fronteras”.
El sector hotelero podrá comenzar a operar cuando el Estado lo permita, pero los clientes no van a llegar al día siguiente. Al principio la demanda será inferior, con un desarrollo incierto en el futuro, ya que aun pasadas varias semanas del levantamiento de las restricciones la gente viajará con medidas de precaución, tal como hemos visto en China, para evitar un rebrote del Covid-19.
Los hoteles ya han adoptado todas las recomendaciones higiénico-sanitarias de los órganos competentes como una forma de ayudar a ganarse la confianza del cliente.
Por otro lado, no todo el mundo volverá a trabajar, pues las empresas no pasarán de producir 0% al 100% en poco tiempo; tomar ritmo nuevamente implica empezar de a poco, y por lo tanto no se van a necesitar tantas personas desde el inicio.
Ya se pueden ver algunos cambios significativos en los patrones de compra; los comestibles y productos de farmacia han aumentado en comparación con los niveles previos a la crisis, y las compras online también. Y desde ya que el gasto en viajes ha disminuido, como así también las compras de ropa.
Sin embargo, no debemos esperar que todos estos cambios perduren. Por ejemplo, hubo una marcada reducción en los viajes aéreos después de los ataques del 11 de septiembre, pero regresó a su línea de tendencia anterior en 15 meses. Sin dudas, veremos algunos patrones de consumo volviendo a las líneas de tendencia a largo plazo, aunque a diferentes velocidades. Debemos distinguir entre un consumo temporalmente aplazado, acelerado o perturbado, y nuevos patrones de consumo más permanentes.
Realmente habrá que ver como evoluciona todo esto, pues es algo sin precedentes, por lo que es mejor armar distintos escenarios para estar preparados para el día después del Covid-19. Viajar como lo veníamos haciendo es probable que, al menos en lo inmediato, no suceda. Eso no significa que el turismo se haya terminado, sino que solo que como lo conocimos no volverá.
* Alfredo Gustavo Paniego es profesor de Administración y Economía en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
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