Una de las cuestiones más complejas en el mundo del marketing es conocer a público objetivo al que te diriges y cómo convencerlo para que compren tus productos. Desde hace unos años, los influencers, personas famosas en redes que hacen publicidad en sus perfiles a cambio de dinero, son una herramienta útil y efectiva dentro del marketing pero, ¿hasta qué punto? ¿Es útil para una PYME? ¿Qué hay que tener en cuenta para recuperar la inversión?
Marketing con influencers: ¿es rentable o una utopía?
Hemos preguntado todas estas cuestiones a Fernando Checa, profesor del Máster en Marketing Digital de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que de forma resumida tiene clara la respuesta a si el marketing ayuda o no a los agentes del sector turístico: un sí rotundo.
“Cualquier empresa dentro del sector turístico, grande o pequeña, puede aprovecharse del marketing. Lo primero que debe tener en cuenta es que el uso de las herramientas digitales son esenciales. Hoteles, casas rurales o agencias están manteniendo una presencia online, pero observamos que hay otros canales que no están usando. Fundamentalmente la contratación de influencers”, empieza diciendo el experto.
Y es que esto, abre una vía a las grandes empresas, que ya lo tienen asumido dentro de sus presupuestos, pero Checa recalca que es útil también para las pequeñas: “Lo primero es tener presencia digital. Abrir cuentas en redes sociales para lograr visibilidad. Para ello es relativamente sencillo, utilizando herramientas como Google Business, para que cuando alguien busque un establecimiento, encuentre nuestra empresa. Y luego la creación de cuentas en redes sociales para que el público online nos conozca”.
Checa insiste en que hay que pensar más allá de elegir a personas famosas que tengan muchos seguidores. El marketing de influencers, dice, debe tener un planteamiento. No hace falta grandes cantidades de dinero y contratar a grandes influencers con cientos de miles de seguidores como Bizarrap o Ibai Llanos. Los microinfluencers, por ejemplo, son muy útiles. Y no, no son una utopía inalcanzable.
Se trata de personas conocidas en un entorno concreto, con un público muy específico, que en ocasiones están especializados en un contenido nicho (por ejemplo, turístico) y que con una inversión de unos 200 o 300 euros en ellos, se puede lograr un impacto considerable de un producto.
“Ahora bien, debe ser un influencer que, gracias al control de la acción de la empresa, sepa qué contar del producto y a quién se lo cuenta”, recalca el profesor. “Las agencias de viajes pequeñas viven una situación complicadísima, por lo que el influencer debe contar las ventajas de acudir a la agencia de barrio, con trato personalizado, etc”, explica.
Checa cuenta que una clave fundamental es que el influencer tenga seguidores de la zona concreta en la que está ubicada, por ejemplo, la agencia de viajes que se promociona. O que tenga una audiencia que siga al influencer por su contenido especializado en viajes. “Si eso lo tenemos claro, dependerá del presupuesto evidentemente, pero podría tener una buena respuesta, porque la audiencia estará mucho mejor enfocada”.
En cuanto a las redes sociales en las que se debería hacer marketing desde una empresa turística, el experto recalca que deben adaptarse al público al que quiere llegar esa empresa: “Si es una discoteca, Tik Tok sería una red social perfecta. Pero si se trata de una agencia de viajes, Instagram o YouTube se adaptaría mejor”.
Dos influencers, mejor que uno
“Mi consejo a cualquier empresa turística, es que las campañas se apliquen con dos influencers. Aunque sean pequeñitos. Así podremos ver con cuál funciona mejor. Igual el primero comunica mejor o llega a más gente de lo esperado. Porque en marketing, primero hay que definir a quién queremos llegar y luego definimos si la inversión llega o no al público”, subraya Checa.
“No nos olvidemos de Facebook, que aunque es una audiencia más madura, sigue teniendo a 20 millones de usuarios activos, e Instagram 22 millones de cuentas activas, de todo tipo de edades. Esta última es, de hecho, la más transversal”, explica el profesor, al tiempo que recalca que Meta, propietaria de estas dos últimas redes, ofrece un único gestor de anuncios en ambas redes, mediante una herramienta fácil y que llega a un público joven y adulto, al mismo tiempo.
“Para ajustar una campaña publicitaria, donde nos jugamos dinero, es recomendable acudir a expertos, pero cuidado, porque una empresa en sí puede hacer una acción publicitaria concreta sin ayuda, porque es muy fácil. Habría que valorar cada caso, pero desde 5, 10 o 30 euros se puede dar promoción a una fotografía concreta del perfil de Instagram, por ejemplo”, señala.
Una cosa está clara, el marketing y la inversión en publicidad afecta no solo a las grandes empresas turísticas, también a las pequeñas y medianas, que no deben escapar del mundo online. Es adaptarse o morir en un mercado digital que evoluciona a pasos agigantados.
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