A Renfe se le atraganta la competencia: Es una guerra de precios

Por Lionel Gutiérrez

Renfe llevaba décadas con un monopolio absoluto en el mercado de los trenes en España. Pero esa posición se acabó hace un año y medio, cuando Iryo y Ouigo, empresas privadas del sector, llegaron a España tras finalizar el proceso de liberalización del mercado nacional.

Al principio, Renfe se mostró impasible, señalando que mantendría ese monopolio aunque llegase competencia, defendiendo que tenían “la mejor oferta del mercado”, con más rutas que nadie y “precios competitivos”. Sin embargo, las empresas privadas empezaron a ofrecer precios de derribo al consumidor, con billetes desde 9 euros y un servicio que, para muchos usuarios, es mejor.

Y ahí es donde Renfe empezó a sufrir. Hasta tal punto que, esta misma semana, el presidente de Renfe, Raül Blanco, se quejó de que en España hay una "guerra de precios sin tregua" en los corredores de alta velocidad donde existe competencia.

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Trenes AVE de Renfe

Renfe

Unas declaraciones que completó señalando que hay “una competencia intensa”, y dejando caer que compañía como Iryo y Ouigo “no se ajustan a precios de mercado”, o lo que es lo mismo, que pierden dinero. Todo ello sin detallar que Renfe, como empresa pública, no solo responde a la cuenta de pérdidas y beneficios, sino al usuario y contribuyente español.

“Son empresas difíciles”, llegó a quejarse el presidente de Renfe, explicando que estas compañías “low-cost” (aunque Iryo remarca que no lo es, puesto que ofrece “productos de alta calidad”), tienen una “gran dependencia” de empresas públicas italianas y francesas, respectivamente.

"Empresas que facturan 100 millones y pierden 45"

Además, Blanco expresó sus dudas sobre la sostenibilidad de empresas que "facturan 100 millones de euros y pierden 45 millones durante tres años”. "Si la competencia fuera privada, sería más equilibrada ya que no enfrentarían pérdidas continuas, lo que contribuiría a un entorno más estable”, subraya.

El presidente de Renfe también enfatizó la importancia de “competir en igualdad de condiciones” en los diferentes países europeos y abogó por que Renfe tenga las mismas facilidades que estas empresas extranjeras para operar en España, sobre todo en Francia, donde lleva años intentando operar sin que reciba el visto bueno de las autoridades. Algo que no ocurre con SNFC, la empresa pública francesa que tiene permiso español para operar Barcelona-París.