Barcelona: 37ª Copa América de Vela, ¿cuál será su impacto?

Por Joan Oliva Martínez

La cuenta atrás para la Copa América de Vela que se celebrará entre el 22 agosto y el 27 de octubre de 2024 en Barcelona ya ha empezado. Más allá de su esencia e importancia deportiva, ¿cómo se mide el impacto económico-turístico y reputacional de la Copa América, la competición náutica más importante del mundo, en la sede que la va a albergar?

Es difícil hacer pronósticos, más si cabe en esta ocasión en la que no hay participación de una embarcación española en la competición absoluta, aunque sí en la Youth & Women’s America’s Cup –la competición dual para jóvenes y para mujeres y en la que competirán por el Real Club Náutico de Barcelona-. Este factor atenúa la incertidumbre sobre el grado de seguimiento que puede darle la afición anfitriona, sin menoscabo del interés que ya suscitan los grandes y famosos contendientes.

Impacto macroeconómico y de marca

La competición ha sido declarada Acontecimiento de Excepcional Interés Público (Aeip), según indica el Boletín Oficial del estado (BOE). El impacto turístico de la competición es solo una subyacente del impacto económico global, al que tenemos que añadir el impacto reputacional como destino, el impacto de marca. El precedente más cercano en nuestras latitudes son las ediciones de la Copa América celebradas en Valencia en 2007 y 2010.

Para ello tenemos el balance global de cuentas, que no es halagüeño en sí mismo, pero al que hay que descontarle otras derivadas mucho más positivas para la sede anfitriona, como puede ser la transformación del puerto y la creación de una nueva marina, así como el impacto de marca positivo dejado en la urbe levantina. Una parte de la infraestructura portuaria sirvió de marco después para las carreras del Gran Premio de Europa la Fórmula 1 que se realizaron varios años en el circuito urbano.

Logo de la Copa America 2024, en Barcelona.jpeg

El canon de celebración de la 37ª edición de la Louis Vutton America’s Cup ya asciende por sí solo a unos 30 millones de euros. La última edición celebrada en Auckland (Nueva Zelanda) dejó un agujero contable de 94 millones de euros, mientras que, en Valencia, la primera vez que la competición tenía lugar en Europa, la factura total del evento ascendió hasta los 370 millones de euros (incluidos costes de las nuevas inversiones en infraestructuras realizadas), pagos que en una fecha tan tardía como 2022 tenía previsto liquidar sus últimos coletazos.

Impacto turístico en Barcelona

Como ya hemos dicho, el impacto económico tiene una derivada que es el impacto turístico. Aquí entran en juego todos los actores implicados, desde los consorcios de promoción locales como Turisme de Barcelona en este caso, la Generalitat a través de sus departamentos implicados, Turisme de Catalunya, secretaria general de l’Esport..., la Diputación de Barcelona a través de su consorcio turístico provincial – no hay que olvidar que las regatas iniciales preliminares se han celebrado este otoño en Vilanova i la Geltrú con un buen seguimiento popular en sus inicios- , el Port de Barcelona y, finalmente, los no menos importantes operadores privados.

Los organismos público-privados catalanes han trabajado en escenarios propicios como la feria World Travel Market de Londres y otros para promocionar el evento en los mercados emisores estratégicos fuente de la mayor suma de potenciales aficionados que podrían venir a Barcelona animados por la America’s Cup. Se trata de los aficionados de los países que competirán en esta edición, es decir, ingleses, franceses, suizos, estadounidenses e italianos, sin contar con los propios aficionados catalanes y del resto de España.

Según ha podido saber LADEVI, ya hay proveedores del destino que están trabajando denodadamente en la oferta de productos turísticos creados exprofeso con motivo de este evento náutico. La empresa que gestiona las famosas excursiones en Golondrinas por el puerto de Barcelona trabaja en la confección de un paquete para grupos de manera que las célebres embarcaciones se posicionen cerca del campo de regatas como atalaya perfecta para disfrutar de los duelos entre los equipos que se sucederán en las ‘main round’, es decir las Round Robin, las semifinales, y la final. El campo de regatas se situará entre el puerto olímpico y el Hotel Vela, otro alojamiento privilegiado para seguir la competición.

Varios veleros compiten en las pruebas de la Copa America de vela.jpeg

Varios veleros compiten en las pruebas de la Copa America de vela

Copa América

Otra vertiente del impacto turístico se mide por la prolongación de la estancia media en la ciudad de los turistas que acudirán a Barcelona para seguir la competición náutica. Se calcula que este visitante puede estar entre dos y tres semanas en destino, una cifra muy superior a los entre dos y tres días de pernoctación que promedia el turista tradicional. Y es que la propia directora de organización de esta edición de la Copa América, Lesli Ryan, recalca que los visitantes que vengan “podrán disfrutar del acontecimiento, del deporte y del programa de entretenimiento y experiencias que se ofrece durante los 68 días de competición” en una ciudad, Barcelona, “que no necesita presentación y es el escenario perfecto para la Louis Vuitton 37ª America’s Cup”.

Cataluña con una rica tradición náutica

Cataluña tiene una tradición náutica acreditada en el terreno deportivo, con una actividad que se desarrolla durante la práctica totalidad del año en parte gracias a la benignidad de su clima mediterráneo. Hay un perfil de turista mayoritariamente europeo, francés, belga, holandés y hasta británico, amante del contacto con el mar, la naturaleza, la gastronomía y el ocio familiar.

El litoral tiene siete estaciones náuticas en sus puertos, estaciones que produjeron una facturación, en 2021, de 320 millones de euros generados por sus empresas asociadas, desde restaurantes a alojamientos y empresas de servicios auxiliares en la práctica de la navegación (varaderos para reparar embarcaciones, proveedores de equipos...). La radiografía es de empresas de entre 4 y 6 trabajadores que facturan una media de 600.000 euros al año.

La propia competición, que se remonta a 174 años atrás, tiene todos los ingredientes para enamorar al aficionado a la vela, más si es seguidor de la embarcación representativa de un país. En 2007, en Valencia, la nave España 97, Desafío Español llegó hasta las semifinales de la Copa América, batiendo antes a contendientes italianos, chinos, sudafricanos, germanos, suecos, estadounidenses y franceses. Se recuerdan todavía hoy los duelos de la tripulación española capitaneada por el polaco Karol Jablonski, que le ganó dos mangas a la casi imbatible NZL 92 Emirates Team New Zeland del país austral para terminar sucumbiendo por 5 a 2.