Globalia fue, antes de la pandemia de coronavirus de 2020, uno de los grupos turísticos más grandes de España. El Goliat que todo David soñaba con derrotar. Pero, finalmente, fueron los propios dueños del gigante empresarial los que acabaron vendiendo dos de las joyas principales del grupo: su participación en Ávoris y Air Europa.
Globalia: así sobrevive el gigante que lo perdió casi todo
La historia de Globalia es la típica de una familia trabajadora, humilde y con pocos recursos en sus inicios que, como Amancio Ortega con Inditex, se hicieron a sí mismos y terminaron aupando un imperio. La historia del grupo la empezó Juan José Hidalgo, más conocido como “Pepe el Aviones” dentro del sector, cuando fundó en 1972 la agencia Viajes Halcón. Poco después, en la década de los 80, el empresario funda “TravelPlan”, uno de los primeros operadores nacionales.
Décadas de los 70, 80 y 90: el esplendor de los Hidalgo
Poco a poco expandió su negocio, coincidiendo con el auge de la clase media española. Hasta el punto de que en 1991 compró Air Europa, la segunda gran aerolínea nacional. La bonanza económica aupó sus resultados hasta que llegó la crisis de 2008. Ahí empezaron los problemas, aunque terminaron resolviéndose con movimientos financieros protagonizados por los hijos del clan familiar.
Pero fue en 2020, año de la pandemia, en el que el cataclismo del sector hizo temblar los cimientos de Globalia. Hasta tal punto que, en menos de medio año, la empresa de los Hidalgo terminó vendiendo los dos buques insignia de su empresa.
Primero, vendieron a Barceló la mitad de Ávoris, la mega corporación empresarial, rescatada por el Gobierno, que ahora da beneficios millonarios. Muchos vieron en la venta una especie de “lavado de manos”: una oportunidad para obtener capital y un balón de oxígeno financiero. Otros, simple negocio.
Poco después, IAG anunció la compra de Air Europa, la otra compañía de Globalia. Se trata de una compañía que anualmente aporta casi la mitad de los ingresos totales de Globalia. Pero a cambio de la venta, la familia Hidalgo se embolsará 400 millones de euros.
Con estas dos ventas, Globalia mantendrá únicamente la propiedad de los hoteles Be Live: 30 establecimientos en Baleares, Canarias, Portugal, Marruecos, Colombia, Cuba y República Dominicana. También mantendrá el control de Groundforce, que se encarga de la gestión de servicios aeroportuarios con presencia en España, México y Marruecos.
Ambas representaban en 2019 el 10% de los ingresos de la compañía, por lo que podríamos decir que la familia Hidalgo podría estar condenada a reducir sus ingresos en 90 puntos porcentuales si se repiten los buenos resultados prepandémicos (y si la compra de Air Europa sale adelante con el beneplácito de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia y de los organismos de competencia europea, como la Comisión en Bruselas).
¿Cómo queda la posición de Globalia en el mercado turístico?
La posición de Globalia dentro del mercado, si hay luz verde para la venta de Air Europa, quedara seriamente mermada. Pero muchos agentes del sector no ven con malos ojos la operación: el grupo saldrá reforzado financieramente y, aunque tendrá menos opciones de hacerse con “más porción del pastel”, podría dejar una fortuna en la familia Hidalgo.
Ávoris ya salió fortalecido, IAG quiere repetir esa jugada de Barceló con la compra de Air Europa y los Hidalgo se resignan a ver cómo el gigante se hace pequeño, aunque saneado y con la esperanza de centrarse en otros proyectos.
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