La aerolínea Iberia se encuentra en el ojo del huracán tras la cancelación de uno de sus vuelos entre Madrid y Santander el pasado sábado, en pleno mes de agosto y coincidiendo con la temporada alta de verano y las vacaciones.
Indignación con Iberia por el motivo de la cancelación de uno de sus vuelos
Iberia dejó en tierra a decenas de clientes tras cancelar uno de sus vuelos Madrid-Santander para ir a recoger al Athletic Club de Bilbao a Barcelona.
En un principio, se desconocía el motivo por el que decenas de pasajeros se quedaron tirados en el aeropuerto, pero ahora sabemos que el vuelo fue cancelado para desviar el avión y recoger al Athletic Club de Bilbao en Barcelona, transportando al equipo a Vitoria.
Algo que es “inaceptable", según han denunciado de las autoridades cántabras. En una carta dirigida a la aerolínea, Gustavo Cubero, director general de Turismo de Cantabria, expresó su descontento, señalando que la cancelación afectó negativamente a numerosos pasajeros, tanto en Madrid como en Santander.
Cubero subrayó que esta decisión ha perjudicado la imagen de Iberia y ha deteriorado las relaciones entre la compañía y el gobierno regional.
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El funcionario también destacó que mientras otros vuelos internacionales, como los que tenían destino en Oporto, Toulouse o Frankfurt, se operaron sin problemas, el de Santander fue el único afectado para dar servicio al club de fútbol vasco. Esto, según Cubero, refleja una "falta de consideración" hacia los pasajeros, quienes ya habían adquirido sus billetes.
La cancelación sin motivos de Iberia puede acarrear sanciones
La preocupación del Gobierno de Cantabria se agrava debido a que esta no es la primera vez que Iberia cancela vuelos a Santander en favor de otras rutas. Ante esta repetida problemática, las autoridades han solicitado explicaciones a la aerolínea y advierten de posibles repercusiones en su relación con la compañía, sin descartar sanciones administrativas.
Este incidente ha generado una fuerte reacción en Cantabria, destacando la necesidad de priorizar la calidad del servicio y asegurar la satisfacción de los pasajeros, que se han visto afectados por decisiones que consideran poco justificadas.
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