El Festival de Eurovisión se ha consolidado como uno de los mayores motores de atracción turística para el país anfitrión, generando un impacto económico y mediático que va mucho más allá de la semana en la que se celebra el certamen. Cada año, la ciudad que acoge el evento experimenta un notable incremento en la llegada de turistas internacionales, la ocupación hotelera y los ingresos derivados del turismo y la hostelería. Y es por ello que Austria, país ganador del festival en este año, ya se está preparando para acoger a miles de viajeros.
Austria aprovecha el "efecto Eurovision" para redoblar su promoción internacional
Otros países que acogieron Eurovision registraron hasta un 18% más de turistas internacionales; Austria prevé redoblar su promoción para alcanzar esas cifras.
Viena, señorial capital de Austria.
2022, Turín recibió 58.000 turistas durante la semana de Eurovisión, de los cuales 55.000 acudieron específicamente por el festival, y 25.000 eran visitantes internacionales, principalmente de Reino Unido, España, Alemania y Francia. El impacto económico total se cifró en 100 millones de euros, con un crecimiento del 18% en el número de visitantes respecto al mismo periodo del año anterior.
Austria, volcada con Eurovisión
Por ello, de cara a 2026, se ha reactivado el interés turístico por Austria, en particular entre los viajeros culturales. Desde el Ministerio de Turismo del país, ya se trabaja en un plan estratégico para aprovechar la visibilidad internacional que conlleva el evento, con una audiencia estimada de más de 160 millones de espectadores en su última edición.
La victoria de JJ también ha despertado comparaciones con el triunfo histórico de Conchita Wurst en 2014, cuando Austria "emergió como un símbolo de tolerancia, modernidad y diversidad". Desde entonces, el país ha sabido capitalizar esa imagen para atraer turismo de eventos, cultural y urbano, una línea que se refuerza con la llegada de Eurovisión.
Aunque la ciudad anfitriona del certamen no ha sido confirmada oficialmente, Viena, Graz e Innsbruck se perfilan como posibles candidatas. Todas cuentan con infraestructuras adecuadas y experiencia previa en la organización de grandes eventos, además de una sólida oferta cultural y hotelera.
¿Qué impacto económico en el turismo tiene la ciudad que acoja la final de Eurovisión?
Liverpool, sede en 2023, también ha cuantificado el “efecto Eurovisión” en su economía local: 100.000 visitantes extra durante la semana del festival y un impacto directo de 54,8 millones de libras (unos 63 millones de euros) solo en gasto turístico. El evento también impulsó la ocupación hotelera a niveles récord y disparó los precios de los alojamientos, con subidas de hasta el 280% en ciudades anfitrionas como Basilea para la edición de 2025.
En Basilea, la edición de este año ha provocado un aumento del 220% en las búsquedas de vuelos y del 119% en las de alojamiento internacional, según Booking.com. Durante la semana del festival, las reservas hoteleras se multiplicaron, y el precio medio por noche superó los 500 dólares, más del doble que en semanas normales. Incluso ciudades cercanas como Zúrich y Berna experimentaron subidas de precios de hasta el 149%.
Lo que está claro, y Austria conoce bien, es que acoger el festival supone un incremento de hasta el 1.215% en las búsquedas de viajes en grupo y un 763% en las familiares durante la semana del festival. Además, el 76% de los turistas extranjeros que asistieron a la edición de Tel Aviv en 2019 lo hacían por primera vez, lo que demuestra la capacidad del evento para abrir nuevos mercados turísticos.
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