La indignación o la sorpresa son dos de los sentimientos más recurridos por los viajeros cuando van a una agencia de viajes o a un comparador de vuelos a consultar precios de billetes para una escapada de fin de semana o unas vacaciones. Y no es para menos: según la empresa de inteligencia turística Mabrian, los precios de los vuelos se dispararon en los últimos dos años un 31% a nivel global. Algo que afecta también a las compañías low-cost, aunque en menor grado, registrando aumentos de precio del 6% de media.
Aviones de Air Europa e Iberia en el aeropuerto de Barajas.
Según el último análisis de esta empresa, los precios de los vuelos subieron en 157 países, sin excepción. Y los expertos, lo primero que mencionan como causa principal de esta subida, es el incremento de precios de los carburantes, aunque hay más factores que explican el alza de precios.
Para empezar, elementos desestabilizadores del mercado como la guerra de Ucrania, elevaron costes dentro del sector: muchas rutas ahora son más largas porque no se puede sobrevolar el espacio aéreo ruso, lo que obliga a gastar más carburante y, por tanto, a elevar los precios.
También hay que destacar la repercusión de costes de las aerolíneas en los precios finales por diversos factores. Por ejemplo, si una compañía tiene que subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 100 euros por trabajador, tendrán que destinar una partida gigantesca a estos costes imprevistos. Y eso se traduce en tarifas un poco más caras.
Efrén Díaz, codirector del Curso de Postgrado Especialista en Derecho Aeronáutico y Espacial (AEDAE & ICADE), es tajante al respecto: cree que el alza inflacionista se va a mantener entre cinco y diez años.
“Se genera un círculo vicioso a modo de escalada de precios en la que el incremento de costes puede dar lugar a un incremento de precios. El punto de equilibrio se alcanzará cuando el mercado no aguante la subida. Mientras los consumidores paguemos esos precios, la tendencia parece que se mantendrá hasta que llegue un punto en el que ya no se paguen ciertos billetes”, explica Díaz, quien señala que en ese momento se frenará el consumo y los precios deberían dejar de subir.
Las multas a aerolíneas que aplican costes injustificados, otra causa
Otros factores que disparan el precio de los billetes son multas o sanciones que la administración pueda imponer a compañías aéreas que cobren tarifas abusivas o extras por equipaje, por ejemplo: “Ahora mismo, el Ministerio de Consumo está poniendo mucha atención en aerolíneas que repercuten el coste que no tendrían propiamente que subir. Este mismo verano Consumo abrió expediente a aerolíneas low-cost por añadir un sobrecoste al equipaje cuando ya había implícito un contrato de transporte que implica transportar a la persona y un equipaje mínimo”.
Díaz pone un ejemplo muy gráfico para entender esta diversidad de causas: el sector aéreo es como un ecosistema donde hay diferentes factores que, en función de cómo desarrollen su actividad, pueden generar enormes pérdidas. Por ejemplo, la conflictividad laboral no solo genera problemas dentro de las compañías, también afecta en tierra, en el handling aeroportuario o en el cierre de comercios dentro de los aeródromos.
Por tanto, decisiones como las de Aena de imponer una subida de tasas a las compañías, no solo afectan a su cuenta de costes-gastos, sino al consumidor final y a los trabajadores del aeropuerto.
De hecho, fuentes del sector consultadas por Ladevi, van un paso más allá y avisan de que imponer restricciones al libre mercado es una estrategia que nunca triunfa. “Si a una aerolínea le impones tasas, se van a pensar a dónde ir. Hay aeropuertos con tasas más altas o bajas en función incluso del coste del parking. Todo esto tiene una repercusión concatenada. Cabría una reflexión: ¿por qué se suben las tasas? ¿Se va a mejorar realmente el servicio?”, subrayan fuentes del sector.
Con todo ello, se puede extraer que 2024 será un año de precios altos en las aerolíneas, especialmente las que operan en Europa del norte, Europa del sur y Mediterráneo y Asia, ya que son las regiones donde más subieron la media de los precios, según Mabrian, y que pueden seguir haciéndolo en un futuro.
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