Los estudiantes y profesionales expatriados ya son el 10% en poblaciones como La Haya. La internacionalización de las universidades de los Países Bajos muere de éxito. Tal cual, el país y su enseñanza superior, incluida la especializada en Tourism, Hospitality & Businesss, sucumbe bajo el efecto llamada del Brexit y de los programas abiertos, multidisciplinarios, innovadores y monolingües en inglés (75% de los masters, por ejemplo) que han atraído al país a millares de universitarios comunitarios.
Estudiantes en las terrazas de la ciudad de La Haya.
Ahora, los protagonistas de este ‘boom turístico’ universitario y profesional (expatriados) se encuentran con que no pueden encontrar ni alojamiento, ni plazas en residencias para estudiantes, ni hacer frente a una carestía creciente en todos los órdenes de la vida. El Gobierno neerlandés pretende darle la vuelta a la situación incentivando a partir de 2024 las enseñanzas de grado universitario en lengua propia, y desinflar así el efecto llamada que ha hecho que muchos estudiantes locales se vayan a estudiar en las universidades flamencas de la vecina Bélgica. Las autoridades quieren limitar al 30% los grados que se imparten en inglés, frente al 50% actual. Con 122.000 estudiantes matriculados en las universidades del país, el 15% proceden del exterior, mayormente de la UE.
En ciudad de La Haya, la comunidad "expat" (funcionarios internacionales no holandeses y trabajadores cualificados no holandeses en empresas multinacionales) asciende a 60,000 personas; es decir, el 10% de la población de la ciudad, “mientras que cuando yo vine, en 2005, éramos solo el 2%” cuenta Julieta Carmona, residente española en la urbe desde 2005. Como trabajadora en organismos como Eurojust, y anteriormente en la Corte Penal internacional de Justicia, y con un hijo hispano neerlandés en edad escolar, conoce bien la magnitud de esta problemática y su derivada en los estudios.
“Hay muchos factores que corroboran el problema. Es verdad que se ha multiplicado el número de estudiantes extranjeros, y eso es debido en parte al Brexit, pero no solo, Se han incrementado el número de expatriados en el país, debido a la crisis del 2008, cuando vinieron muchos profesionales cualificados a Holanda con el ‘caramelo’ de que habría una exención económica los diez primeros años bastante grande, y una política consciente del Gobierno de los Países Bajos de atraer organizaciones internacionales. Eso justificó la creación, entre otros, del Colegio Europeo en 2012, y que el Colegio Británico abriera un segundo centro.”
Mientras las universidades y ‘colleges’ de Holanda y del resto de las regiones del país se beneficiaron de los ingresos de las tasas de matriculación de los estudiantes extranjeros, el colectivo estudiantil en general veía como se recortaban las ayudas sociales y becas a estudios por decisión del gobierno liberal del primer ministro Mark Rutte. “La verdad es que les ha ido de las manos”, razona esa sevillana expatriada en la ciudad atlántica costera sede del Gobierno del país y residencia permanente de la familia real. El resultado es una gran presión sobre las necesidades de los estudiantes.” No hay alojamiento, y el que hay disponible es carísimo, para todo el mundo y sobre todo para los estudiantes. Hay poquísimas residencias universitarias, eso se considera un producto de lujo, y las habitaciones de estudiantes están por las nubes”.
Universidades líderes en turismo
“Este es un tema que nos afecta mucho, evidentemente”, reconoce abiertamente Jeroen Oskam, el director del Research Centre de la Hotelschool The Hague, en referencia a las intenciones del Gobierno de los Países Bajos de modificar los parámetros lingüísticos de la enseñanza. La prestigiosa universidad internacional de Hospitality & Leisure Management con sede en La Haya ha sido un espejo para otras instituciones educativas. “Curiosamente, hay algunas universidades que han copiado nuestro modelo (o sea, con un internado como parte del plan educativo) y que ya tienen una exención, y tenemos buenas esperanzas de que también nos declaren exentos de las nuevas medidas”.
El directivo académico, que previamente ejerció en centros educativos turísticos superiores de Zaragoza, y en ESADE en Barcelona, añade, en declaraciones exclusivas a LADEVI, que “no sólo tenemos casi la mitad de los estudiantes procedente de otros países, sino que también consideramos ese carácter internacional como un aspecto fundamental de nuestro programa... De todas formas, todos los programas se dan en inglés y por esta razón también seguirá siendo así.”
Tradicionalmente esta escuela universitaria ha venido ocupando un lugar de privilegio en el ranking internacional de las diez mejores universidades especializadas en Hospitality & Leisure Management, como Les Roches (Suiza), o Cornell (EEUU), Jeroen Oskam matiza que “si se nos compara con las escuelas suizas de referencia como Les Roches, hay por cierto una gran diferencia: nosotros somos una universidad pública.” La Hotelschool The Hague ha sido innovadora en sus programas y en las habilidades que obtienen sus titulados, ya que, siendo un centro de enseñanza especializado en turismo y gestión del alojamiento, forma a sus alumnos de manera que puedan derivar sus aptitudes profesionales a cualquier otro ámbito laboral como finanzas, compañías de I+D, seguros, transporte....
Esta primacía del inglés en la enseñanza superior tiene una contraparte, como advierte Julieta a nuestro medio. “Entiendo un poco al holandés de a pie, que no tiene nada que ver con esa política pública de atracción de extranjeros cualificados, y tiene un problema con su hijo local que va a estudiar. En muchas de las universidades, el 60% de los estudiantes son extranjeros, la carga lectiva en inglés es muy alta, y lo es, por tanto, en un idioma que no es el suyo propio, el neerlandés, así que el resultado es que el país tiene licenciados universitarios holandeses que no hablan bien el neerlandés culto que requiere esa carrera, y eso lo veo un problema. Por otro lado, ¿dónde pretende el Gobierno neerlandés que estudien chicos que han hecho su secundaria en el país debido al trabajo de sus padres, cuando la escuela europea de La Haya ha decidido cerrar la sección española, por ejemplo?”
Primera en calidad de vida
Precisamente, esta misma ciudad, La Haya aparece en un reciente ranking de Numbeo como la ciudad número uno del mundo en calidad de vida. Numbeo es una base de datos colaborativa que monitoriza estos resultados en indicadores como la baja criminalidad, atención médica, transporte y, curiosamente, vivienda. Y atención: Ámsterdam y Rotterdam se cuelan asimismo en el top ten de esta clasificación internacional que deja muy bien paradas también a otras dos ciudades españolas en este caso, como Valencia y Madrid.
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