En la gestión de recursos humanos hay que entender que las emociones cumplen un rol muy importante durante un proceso de cambio, ya que están intrínsecamente ligadas a las creencias, los pensamientos y acciones. Las personas pueden experimentar una variedad de emociones, desde la alegría y la motivación hasta el miedo y la confusión.
Recursos Humanos: gestión de las emociones en un proceso de cambio
Marcelo Cristale explica por qué durante un proceso de cambio es necesario aprender a gestionar las emociones de los recursos humanos.
Las emociones son un elemento clave que impulsa la acción y el compromiso en el proceso de cambio. Cuando una persona experimenta emociones positivas, como la alegría o el entusiasmo, es más probable que se sienta motivada y comprometida en el proceso de cambio.
Estas emociones positivas pueden ser el resultado de un deseo de alcanzar metas o de una visión positiva del futuro.
Además, también es común experimentar emociones negativas, como el miedo o la ansiedad, durante el proceso de cambio. Estas emociones pueden surgir debido a la incertidumbre o al miedo a lo desconocido.
El miedo puede hacer que una persona se sienta paralizada o se resista al cambio, lo que dificulta el progreso.
Las neurociencias han aportado técnicas y estrategias para regular nuestras emociones y gestionar el estrés. Podemos aprender a identificar nuestras emociones, comprender su origen y encontrar formas saludables de expresarlas.
Recursos Humanos, el aporte de las neurociencias a la gestión de las emociones
Las neurociencias aportan estrategias efectivas para gestionar las emociones, como:
Reconocer y validar las emociones: aceptar y reconocer que es normal experimentar una variedad de emociones durante el proceso de cambio; ayudar a gestionarlas de manera más efectiva.
Practicar la resiliencia emocional: desarrollar habilidades para adaptarse a las emociones negativas y encontrar perspectivas positivas incluso en situaciones difíciles. Ayuda a manejar el estrés y superar los obstáculos durante el cambio.
Practicar la autocompasión: ser amable y comprensivo con uno mismo durante el proceso de cambio. Hay que reconocer que el cambio puede ser desafiante y que es normal cometer errores o enfrentar dificultades.
Buscar apoyo: contar con una sólida red de apoyo de amigos, familiares o profesionales puede ser de gran ayuda. Compartir emociones con los demás puede proporcionar consuelo y orientación.
“Las emociones son reacciones del organismo que producen experiencias personales percibidas de forma inmaterial, lo cual dificulta su conocimiento en una cultura caracterizada por la materialización de las experiencias”.
Rafael Bisquerra
* Marcelo Cristale es Licenciado y Profesor en Psicología. Psicólogo Social. Profesor de Psicología y Neurociencias aplicadas al Turismo en la Maestría en Economía y Gestión del Turismo de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
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