Este fin de semana miles de personas se congregaron en el centro de Barcelona para manifestarse en contra del turismo de masas. La protesta, organizada por más de 140 entidades relacionadas con corrientes de turismofobia, protestó bajo el lema "¡Basta! Pongamos límites al turismo”.
Barcelona abraza la turismofobia con una gran manifestación
Este fin de semana, Barcelona acogió una gran manifestación relacionada con la turismofobia en contra del turismo de masas: “Barcelona no es Disneyland”.
Manifestación en Barcelona en contra del turismo de masas.
Según las autoridades, estas protestas contaron con la participación de aproximadamente 3.000 personas, aunque los organizadores estimó una asistencia de 20.000.
Los manifestantes criticaron la afluencia "masiva" de turistas a Barcelona, señalando que esta situación exacerba las desigualdades sociales, complica el acceso a la vivienda y agrava la crisis medioambiental.
El manifiesto de la convocatoria exigía a las administraciones la implementación de medidas para reducir la actividad turística en la ciudad, especialmente al inicio de la temporada de verano.
La marcha recorrió las Ramblas y llegó hasta la Barceloneta, dos de las áreas más turísticas de Barcelona. En la cabecera de la manifestación se desplegó una lona con el lema "Decrecimiento turístico, ya". Los asistentes portaban pancartas con mensajes como "Tourist go home", "Barcelona no es Disneylandia" y "Vecinos en peligro de extinción".
Te puede interesar: El sector turístico firma su primer manifiesto sostenible
Durante el recorrido, los manifestantes realizaron precintos simbólicos en algunos hoteles y terrazas, y se produjeron enfrentamientos verbales con turistas, a quienes incluso llegaron a mojar con pistolas de agua.
Los pisos turísticos, el gran problema de Barcelona.
Esta protesta dejó entre todos los participantes una reclamación urgente para la administración pública: eliminar los pisos turísticos.
En este sentido, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, aprovechó la ocasión para reiterar su compromiso de eliminar los 10.000 pisos turísticos ilegales de la ciudad.
A través de las redes sociales, Collboni anunció también un aumento en el recargo del impuesto turístico a 4 euros por noche, la limitación del número de cruceristas que no pernoctan en la ciudad y la inversión de parte de los ingresos turísticos en proyectos como el Pla Clima Escola, destinado a climatizar escuelas públicas.
La manifestación del sábado marca la primera protesta de esta magnitud en Barcelona durante el verano y después de la pandemia, sumándose a las concentraciones que ya se han producido en otros lugares de España, como las Islas Baleares y Canarias, donde también se ha manifestado el descontento por los efectos negativos del turismo masivo.
Temas relacionados
Dejá tu comentario