Michel O´Leary, CEO de la aerolínea irlandesa Ryanair, es –lejos– el empresario más polémico y provocativo de la industria aerocomercial: es quien habló de cobrar más a los clientes obesos, pagar por utilizar el baño y pasar películas pornográficas a bordo, entre otras iniciativas disruptivas que recorrieron el mundo.
También se lo escuchó decir “¿Vamos a pedir perdón por nuestro pobre servicio al cliente?; por supuesto que no”. Y también, refiriéndose a los reclamos por la estricta política de devoluciones de tickets: “¿Qué parte de'no hay reembolso' no habéis entendido?”.
Pero más allá de todo, hoy el grupo Ryanair es el operador aéreo más grande de Europa, operando cerca de 3.600 vuelos diarios a más de 250 aeropuertos de 37 países. Y mal no le va: en los últimos meses tuvo un factor de ocupación promedio del 95%.
La sostenibilidad en tela de juicio
En los últimos días, O´Leary ha vuelto a los titulares de la prensa internacional al anunciar que en mayo de 2025 eliminará por completo las tarjetas de embarque físicas en pos de ser “más eficientes y sostenibles”. El argumento suena lindo, pero en el fondo apunta a eliminar costos de impresión e inclusive, según comentan medios británicos, a retirar progresivamente los mostradores de facturación de los aeropuertos.
¿Y qué hay de aquellos pasajeros que se puedan quedar sin batería en sus celulares antes de abordar o que están poco familiarizados con la tecnología? Ryanair dice que dispondrá de procedimientos alternativos, como la verificación de datos en los aeropuertos a través de sus propios sistemas informáticos.
Ryanair: ¿práctica ilegal y abusiva?
Lo cierto es que las reacciones no se hicieron esperar. La asociación española Facua – Consumidores en Acción advirtió a Ryanair que el no ofrecer la opción de emitir tarjetas de embarque en papel en los aeropuertos es una práctica “ilegal y abusiva”. Además, recuerda que no sería la primera medida que la aerolínea anuncia y después “nunca llega a aplicar”. Por el momento la empresa guarda silencio.
Como quedó dicho, O´Leary aduce que su iniciativa tiene apunta a la sostenibilidad. Sin embargo, su propia verborragia lo incrimina. “Lo mejor que se puede hacer con los ecologistas es dispararles; nos quieren devolver al siglo XVIII”, dijo en una oportunidad. Y en otra, de cara a un proyecto del Ayuntamiento de Dublín para fomentar el uso de bicicletas, instó a acabar con los amantes del vehículo sostenible por excelencia. “Habría que dispararles”, sostuvo con total desparpajo.
Temas relacionados
Dejá tu comentario