Un vuelo de Ryanair entre Tenerife y Bristol finalizó con un inesperado despliegue policial tras un conflicto menor a bordo relacionado con el pago de un tentempié. La pasajera Ann-Marie Murray, de 55 años, fue recibida por tres agentes de policía en el aeropuerto británico después de que no lograra abonar una compra de siete libras esterlinas en productos de a bordo (equivalente a unos ocho euros) debido a un fallo en el sistema de pago con tarjeta.
La Policía interviene un vuelo de Ryanair porque una pasajera no pagó un refresco
Una pasajera tuvo problemas con su tarjeta a la hora de pagar unos snacks en un vuelo de Ryanair hacia Tenerife y la policía tuvo que intervenir.
Uno de los Boeing B-737 de Ryanair, la principal low cost de Europa.
Según su testimonio al Daily Mirror, Murray no disponía de efectivo en ese momento y ofreció pagar al aterrizar, propuesta que fue rechazada por la tripulación. Tras consumir los productos (patatas fritas, una botella de agua y una bebida gaseosa) sin haber completado la transacción, el personal decidió contactar con las autoridades.
A su llegada a Bristol, la pasajera fue escoltada hasta un cajero automático, donde finalmente saldó la deuda. “Los policías no daban crédito a lo que estaba pasando”, relató.
La aerolínea defendió su actuación señalando que la pasajera “incumplió las instrucciones de la tripulación” y la clasificó como “disruptiva”. En un comunicado, Ryanair recordó su política de tolerancia cero ante comportamientos que puedan alterar el orden a bordo, remarcando que su prioridad es mantener la seguridad y el respeto entre todos los ocupantes del avión.
Críticas en redes sociales a Ryanair por la reacción "desmedida"
No obstante, el episodio ha generado una gran polémica en redes sociales, donde se cuestiona la proporcionalidad de la medida. Numerosos usuarios consideran excesiva la llamada a la policía por una situación que podría haberse resuelto de forma más flexible, especialmente tratándose de un fallo técnico con el terminal de pago.
Murray, por su parte, ha declarado que este incidente arruinó el cierre de su viaje de cumpleaños y que no volverá a volar con la compañía. Asegura haber presenciado problemas similares en otras ocasiones y considera que Ryanair debería ofrecer alternativas más humanas ante imprevistos de esta naturaleza.
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