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Turismo para no descuidar: la importancia de los "pequeños-grandes" recursos turísticos

Se hace necesario apoyar a las pequeñas empresas de turismo e iniciativas locales para diversificar la oferta.

Cuando se dice "empresas del sector", normalmente se piensa en hoteles, restaurantes, guías, empresas de transporte, agencias de viajes. En las instituciones competentes en regiones, provincias y municipios, se les tiene muy en cuenta y se las considera a la hora de legislar y de tomar decisiones de calado. Estas empresas de turismo se unen en asociaciones y todo tipo de organizaciones, para defender sus intereses.

Además del sector público-, el resto de empresas, y la sociedad, son conscientes de su importancia (como no podría ser de otro modo).

Sin embargo, estas empresas no son de por sí el motivo que hace que un turista viaje a un determinado destino. No son lo que llamamos "recursos turísticos". Y para mí, todo el turismo, gravita en torno a esos "recursos" que hay que "mimar" y mantener.

Salvo rara excepción, no son la razón por la que un turista visita el lugar en el que se encuentra. Son empresas que dan servicios al turista que viaja a un destino para disfrutar de una serie de atractivos de cierto tipo y luego, buscará un hotel donde dormir, un restaurante donde comer, un guía que le explique, o una agencia que le organice el viaje.

Algunos recursos pueden ser naturales, como puede ser la montaña o la playa. Pero podrán ser también de índole cultural, gastronómico, religioso, etc.

Dentro de un "destino" tenemos un conjunto de atractivos. Algunos de ellos, son de gran importancia e incluso son el buque insignia del lugar. Suelen estar gestionados por un ente público y gozan de una buena salud: Tienen un buen número de visitantes y un gran apoyo institucional. Incluso de un buen reconocimiento en la sociedad.

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Museo Etnografico de Cantabria.

Museo Etnografico de Cantabria.

En paralelo, existen iniciativas más modestas de municipios pequeños, de familias, de asociaciones e incluso de personas individuales. Museos etnográficos, casas de época, fábricas de alimentos tradicionales, pequeñas bodegas, centros de interpretación, colecciones privadas y talleres artesanos que abren sus puertas al turista. Que ponen a disposición de la sociedad pequeños tesoros. Que comparten su pasión abriendo las puertas de su casa o de su empresa.

Puntos de interés que hacen que un turista tenga cosas en las que descubrir la cultura del lugar, y llenar de experiencias sus viajes. Recursos que no hacen de por sí visitar un destino, pero que sí completan un viaje y diversifican el flujo turístico hacia lugares menos frecuentados.

Este tipo de empresas e iniciativas merecen un gran apoyo por parte de las instituciones implicadas, del sector en general y de toda la sociedad. Pequeños centros expositivos, que se abren por la ilusión, -y a veces la “bendita locura”- de alguien que decide compartir su pasión y mostrar su colección, su pequeña fábrica, su taller de artesanía, y hasta su casa. Museos que muestran la figura de un artista, los objetos de la cotidianeidad local, objetos como botijos, orinales o juguetes.

En todos los destinos, hay museos de cosas de lo más dispar: de orinales, de botijos, de origami, de motos antiguas, etc.

Las instituciones se olvidan, en ocasiones, de dar apoyo a estas iniciativas de turismo

Creo que, por lo general, estas iniciativas, no gozan del apoyo que merecen y que necesitan. Empezando por las instituciones. Y no hablo de la política de subvenciones, sino del apoyo en la información y la divulgación. Son pequeñas empresas que invierten, apuestan y que, aunque le pongan pasión al proyecto, terminarán por cerrar si no encuentran la necesaria viabilidad.

Y esa viabilidad se la da el tráfico turístico, que no será suficiente si ese turista no conoce de la existencia de ese lugar. Creo que es importante informar a través de todos los medios que tiene a su alcance una institución. Empezando por la información completa y actualizada en la web y en las redes sociales. Y siguiendo por la presencia en las Oficinas de Turismo locales.

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Museo Etnográfico González Santana.

Museo Etnográfico González Santana.

Para continuar, pediría dentro de las tendencias a seguir para revertir esta problemática, cierta consideración a las propias empresas. Todos los trabajadores de alojamientos de una provincia, tendrían que conocer los recursos a los que me refiero, para dar información a los clientes. Todos los agentes de viaje, tendrían que intentar proponer esos “otros recursos”. Los guías deberían abogar por proponer visitar este tipo de atractivos.

La tipología del producto al que me refiero, hace que sea muy difícil su organización en asociaciones. Ni siquiera pueden tener una representatividad de cara a un sindicato, al ser una iniciativa privada.

Hay cientos de ejemplos en cada país. Cientos de pequeñas empresas que luchan por su supervivencia, a veces en localidades de poco paso turístico.

Autocrítica: ¿en tu entorno hay "joyas turísticas" puestas en valor?

Creo que es obligación de todos intentar mantener y trasladar un legado, que a veces podemos descubrir gracias a esos entusiastas que nos llevan a conocer ciertos aspectos de nuestra identidad. Debemos seguir las tendencias de apoyar cualquier iniciativa de ese tipo. Al menos, ayudando a que se conozcan estos “pequeños-grandes proyectos”.

Y empecemos por cada uno de nosotros. Tú que me lees. En los 50 kilómetros alrededor de donde vives, ¿conoces aquel museo etnográfico?. ¿Y ese luthier que construye guitarras y abre su taller?. ¿Y la fábrica de quesos que organiza visitas los sábados? ¿Y el Museo del juguete del pueblo de al lado? ¿Y la bodega familiar de tu pueblo que organiza catas?.

Haz entonces por visitar estos lugares. Y luego intenta hablar de ellos para que otros lo conozcan. Estarás descubriendo parte de tu cultura, ayudarás a tu vecino, y harás que tu destino sea más interesante.

Instituciones y empresas, tenemos que hacer por cuidar a esos benditos locos que organizan esos pequeños – grandes recursos, y tenerles en cuenta en la promoción y en la organización de un destino. Los entes, considerarlos como polos de atracción. Y el resto de las empresas, considerarlos como aliados. Cada hotel, cada agencia de viajes, cada guía, tendría que tener en la cartera, para proponer a sus clientes, visitas a ese tipo de atractivos.

Ese tejido de "pequeños – grandes recursos", hace que un destino sea de verdad importante y permite además diversificar el flujo turístico. Y en ocasiones, aumentar la estancia media en un determinado lugar. Además, crea empleo y ayuda a fijar población en las zonas menos habitadas. Es tarea de todos hacer que esos recursos, no sólo sigan abiertos y tengan el éxito que merecen, sino que además, ayuden a que otros sigan sus pasos. Porque el éxito de estos recursos, será el éxito de todos. ¡A por ello!

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