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Viajes 2023: agrandando el mundo, alargando el año, el dónde y el cuándo

A modo de analísis del mundo de los viajes 2023, quizás es el momento de que en el sector turístico reflexionemos, ya sea en el ámbito público como privado.

Va llegando a su fin un año que ha sido fantástico en términos generales. Después de uno de los periodos más nefastos en la historia del sector turístico, hemos tenido unos meses con enorme movimiento de viajes, de recuperación para (casi) todas las empresas del ramo y para la mayoría de los destinos. Un año en el que se ha viajado mucho.

Sin embargo, analizando la “cara B”, nos damos cuenta de que gran parte de esos viajes, se han concentrado en un corto periodo de tiempo, y en muchas ocasiones, visitando pocos lugares. Eso ha supuesto una presión alta para ciertos destinos, y que el trato al turista haya sido “mejorable” en algunos sitios y en algunos momentos. Es ya un fenómeno conocido y ya ha recibido nombre en los diferentes idiomas: Masificación, “over tourism”...

Es lógico que haya millones de personas que quieren visitar aquellos sitios que están en el subconsciente de todos. Y que los periodos vacacionales que solemos tener, coinciden con los de la mayoría, en torno a puentes, verano, etc. Como resultado, tenemos mucha gente que va a los mismos lugares en el mismo momento, creando dificultades para los destinos que no están preparados para dar la debida atención, y a las empresas turísticas, que a veces se ven sobrepasadas. Y por ende, a los trabajadores de esas empresas, que desarrollan su labor con muchas dificultades.

Pero sobre todo, se crean problemas a los propios turistas, que se ven abocados a hacer colas para entrar en un museo, a pagar precios de locura por cualquier servicio, a bañarse en una playa repleta, a no encontrar mesa en un restaurante… A no recibir una atención de calidad.

En un momento en el que hablamos de “sostenibilidad” continuamente, quizás podamos concluir que no hay nada menos sostenible que el hecho de que en la actualidad, muchas personas van a los mismos sitios en el mismo momento.

En septiembre me preguntó un amigo por lo más destacado para visitar en cierta ciudad italiana que adoro. Tras meditarlo, simplemente le aconsejé que no fuera. Que esperara a noviembre o diciembre para ir. En septiembre no iba a disfrutar y le iba a costar demasiado. Me dijo que no tenía otros días de vacaciones. Le hice una lista de 5 ciudades italianas en dónde disfrutaría tanto o más en esos meses de alta temporada pagando menos.

Un momento de reflexión en el sector de los viajes

Quizás es el momento de que en el sector turístico reflexionemos, ya sea en el ámbito público como en el privado. Meditar sobre cómo dar mejor servicio al viajero, logrando aumentar el tráfico a lugares menos frecuentados, y conseguir que aquellos destinos de “primer orden” aumenten sus cifras de visitantes en periodos de baja temporada.

Creo que no es tan difícil. Habrá quien sólo tenga las vacaciones en agosto y en los puentes. Pero siempre podrá viajar a lugares menos visitados y también interesantes. Y habrá quien quiera ir a Capri, Venecia o Dubrovnik, pero quizás podrá hacerlo también en los meses de noviembre o de enero.

Sabiendo de esta situación, habría que estudiar posibles soluciones, que puedan complementarse entre sí. ¿Podría ser que las vacaciones escolares se hicieran en periodos diferentes en base a zonas siguiendo el modelo francés? (https://www.france.fr/es/preparate/dias-festivos-y-vacaciones-escolares-en-francia )

¿Podría ser que programas sociales como el de los viajes del Imserso apostaran enérgicamente por lugares menos visitados? ¿Podría ser aplicar líneas de ayuda a empresas que inviertan en lugares menos turísticos? Desconozco cuáles de ellas pueden ser útiles, pero creo que el asunto merece que se tomen decisiones al respecto.

Abogar por la "desestacionalización2 y favorecer la llegada de flujos turísticos a lugares menos visitados, -e incluso a lugares menos conocidos dentro de las ciudades más frecuentadas-, es una obligación del sector hacia el turista. Y un derecho de cualquier ciudadano. Porque el que vive en un destino muy visitado, tiene derecho a que el turismo no le cree ninguna dificultad ni molestia. Y porque el que habita en un punto menos turístico, tiene también derecho a beneficiarse de lo que supone ese movimiento de viajeros.

Destinos "menos frecuentados" pueden incrementar sus cifras de viajeros

Hay países, (como España o Italia) en donde podemos decir que cualquier capital de provincia es enormemente interesante y digna de ser visitada. Tenemos que trabajar para que todos esos destinos "menos frecuentados" puedan incrementar sus cifras de viajeros. Todas las entidades locales, provinciales y municipales, han hecho ya un gran esfuerzo por hacer más interesantes sus territorios. Algunas empresas ven más fácil seguir apostando por el caballo ganador de los mismos sitios en los mismos momentos.

Pero ese caballo ganador se cansa. Hay que apostar por otros caballos. Por otros periodos. Por otros territorios.

La sociedad será mejor si se diversifica geográficamente y temporalmente ese flujo turístico. Concienciando al viajero, haciendo nuevas propuestas, diversificando con nuevos productos en nuevos destinos a lo largo de todo el año. Es una obligación para los entes públicos y una oportunidad para la empresa privada. Algunos la sabrán aprovechar. Vale la pena intentarlo. Por el bien de todos. Turistas y vecinos.

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