Inicio
Actualidad

Tendencias: ¿Está la sociedad obsesionada con viajar? Marian Rojas lo explica

La psiquiatra revela en una charla del Grupo Hotusa las tendencias sociales y el funcionamiento del cerebro que explican auge del turismo: “Todo es dopamina”.

Tras la pandemia, todo el mundo se dio cuenta de que viajar era el dinero mejor invertido: vivir experiencias, recuerdos con familia y amigos, y descubrir nuevas culturas después de meses “encerrados” por los confinamientos. Estas tendencias de auge de reservas turísticas parecía que se iban a moderar en 2024, pero no fue así.

El año pasado fue histórico dentro del sector: más de 94M de viajeros internacionales llegaron a España, y el mercado emisor nacional registró cifras de gasto y reservas récord. Y según expertos en psicología del turismo, los visitantes buscan cada vez más vivencias únicas y emocionalmente satisfactorias en sus viajes, alejándose del turismo de masas tradicional.

El Dr. Cohen, reconocido sociólogo, señala que "los turistas existenciales buscan una experiencia diferente en lugares auténticos". Algo que comparte la conocida psicóloga Marian Rojas, quien en una charla organizada por el Grupo Hotusa este viernes desgranó los motivos (científicos) de por qué está creciendo tanto el sector. Y el titular principal es “porque buscan la felicidad”.

Isabel Estape y Marian Rojas durante los desayunos de la Industria de la Felicidad organizados por el grupo Hotusa.JPG
Isabel Estapé y Marian Rojas durante los desayunos de la Industria de la Felicidad organizados por el grupo Hotusa.

Isabel Estapé y Marian Rojas durante los desayunos de la Industria de la Felicidad organizados por el grupo Hotusa.

Acompañada de su madre, Isabel Estapé, la psiquiatra reflexionó que, si hay un mecanismo que nos hace sentir felicidad “es viajar”, porque hace conectar con el presente y desconectar de los problemas.

“El turismo está íntimamente ligado con la felicidad antes del viaje, a la hora de organizarlo o de ir a comprarlo, esperando el momento de que llegue, durante el propio viaje y, al final, cuando lo recordamos”, explicó.

“Hay dos sustancias claves en la “felicidad”: la serotonina, que las neuronas hacen conexiones de inhibición. La otra es la dopamina, que tiene que ver con la reproducción sexual y la comida. En la sociedad en la que vivimos todo es dopamina. Es muy poderosa y funciona a través del sistema de compensación, porque las neuronas se comunican entre ellas diciendo “esta sensación hay que repetirla”. Este placer está bien, pero las drogas “hackearon” este sistema, y ahora nos entra por los ojos a través de las redes sociales”, señaló Rojas.

¿Puede la sociedad "engancharse" a la dopamina? ¿Cómo afecta esto al turismo?

Y en esa búsqueda por la dopamina, es fácil “engancharse”: “La dopamina son píldoras: un buen vino, un viaje tipo escapada, un reto concreto. Pero la sociedad tiene todo tipo de píldoras de dopamina a su alrededor. Y en el cerebro de los ciudadanos, y de los adolescentes sobre todo, hay una obsesión por conseguir esta dopamina. (…) Aunque los viajes nos dan otro tipo de felicidad”.

“El viaje es una píldora de felicidad, que a su vez libera oxitocina que es la sustancia buena, relacionada con los vínculos, con los amigos, con la familia, etc. Por eso cada vez la gente quiere viajar más. (…) El viaje es terapéutico”, reflexionó.

turistas internacionales.jpg
Turistas en el Aeropuerto de Madrid-Barajas.

Turistas en el Aeropuerto de Madrid-Barajas.

Además, según la experta, la sensación de tiempo se modifica cuando viajas: cuando se hace una escapada de 48 horas, por ejemplo, da la sensación de que se ha estado fuera del entorno mucho más tiempo. Y esto lo explica el concepto de “estado de flujo”: “Cuando entramos en una actividad que entretiene mucho a una persona, tanto retos manuales como intelectuales que nos gusta, se desactiva la percepción de tiempo con una sensación de gusto. (…) El turismo tiene mucho que ver en este apartado”.

“Es una zona dentro del cerebro muy relacionada con el miedo, y cuando esto se activa, hace que esa sensación de peligro desaparezca. Y cuando no hay miedo, es cuando aparece la felicidad. Cuando viajamos, no tenemos miedo. Desconectamos. Por eso ansiamos viajar”, zanjó.

Dejá tu comentario