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Tendencias: viajes de meditación, contrapunto al turismo convencional

Helen Casanovas, coordinadora de viajes grupales a desiertos en Egipto o Filipinas, promueve encuentros de meditación como contrapunto al turismo convencional.

Hay viajes religiosos, viajes de peregrinación (Camino de Santiago, romerías, La Meca...), viajes a destinos donde la espiritualidad es un ‘mantra’ como la India. Hay otros viajes con el yoga como componente esencial de la meditación y la armonía corporal. Y precisamente estos últimos, los viajes de meditación, tienen como objetivo ofrecernos un espacio de calma fuera de nuestra vida cotidiana que acostumbra a estar saturada de información, ruido, estrés y prisas. Y están destacando dentro de las tendencias turísticas internacionales.

Son espacios que nos permiten desacelerar, descansar, reconectar con el ritmo natural del cuerpo, reducir el ruido mental y a conectar con el momento presente, como los define Helen Casanovas, formadora de Yoga, graduada en Turismo por el CETT_UB Tourism & Hospitality, postgraduada en consultoría turística por la Universidad de Las Palmas y coordinadora de viajes para grupos.

Helen ha organizado muchos de estos trips en destinos como Egipto y a su vez en Filipinas. Son viajes que se caracterizan en primer lugar, por realizarse en entornos naturales. y donde la protagonista comparte diferentes formas de meditación: técnicas de respiración, meditaciones caminando, prácticasde consciencia corporal y posturas y secuencias de yoga (asana).

“También nos tomamos cada día un tiempo para escribir como nos sentimos, aquello que hemos visto, aprendido, reflexiones o ideas que muchas veces surgen de forma natural en estos espacios ya que nos aporta mucha claridad mental”

¿A qué destinos, y cuántas personas has movilizado en esos viajes?

Para mí el entorno natural es fundamental, yo ya los había organizado en Cataluña y en los últimos dos años me he centrado en el desierto, concretamente en el Desierto Blanco en Egipto. Es un lugar asombroso, ya había estado en otros desiertos como en Marruecos o Jordania, pero éste me fascinó desde el primer momento por su energía y sus paisajes. Hace miles de años había sido un mar y aún es posible encontrar fósiles marinos! El desierto es silencio y vacío, algo muy difícil de encontrar actualmente y nos permite una conexión muy profunda con nosotros mismos y la Madre Tierra, lejos de las distracciones de la vida cotidiana.

También organizo viajes a Filipinas, tierra que es mi segunda casa y con la que tengo un vínculo especial ya que mis raíces maternas son de allí. Los paisajes en Filipinas, al contrario de los del desierto, son una explosión de vida, de todas las tonalidades de verde posible, humedad y sonidos constantes de la naturaleza. Son dos paisajes totalmente distintos, pero igual de fascinantes.

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Viajes de meditación, contrapunto al turismo convencional.

Viajes de meditación, contrapunto al turismo convencional.

En cuanto al número de personas, siempre los organizo en grupos pequeños de máximo 12 personas. Esto facilita la confianza y cohesión del grupo, algo también esencial para mí. En el yoga cultivamos la compasión hacia nosotros mismos y los demás, es muy importante sentirnos unidos, el concepto de compasión se refiere a ser conscientes que lo que le pase a las otras personas también me afecta a mí, y esta conexión y confianza se da más fácilmente en grupos reducidos.

¿Desde tu prisma personal, por qué son necesarios estos viajes?

En el mundo acelerado en el que vivimos actualmente corriendo de un lado a otro sin parar para cumplir todas nuestras obligaciones diarias y con la mirada puesta en lo que sucede en el mundo exterior es necesario tomarnos espacios para deteneros, respirar e ir hacia adentro. La velocidad de nuestras vidas interfiere e impide la escucha interna y la calma repercutiendo en nuestro bienestar físico y mental. Basta con ver las cifras de estrés y ansiedad en la actualidad y no solo en personas adultas, sino también, y cada vez más, en niños y adolescentes.

Actualmente ya hay muchos estudios que demuestran la efectividad de este tipo de prácticas sobre nuestra salud. Siempre hablas del concepto madre tierra y/o naturaleza, asociado a estos viajes... Para mí, la conexión con la Naturaleza es fundamental pues nosotros formamos parte de ella y sentirnos unidos a nuestro entorno nos permite reconectar con nuestro interior a niveles muy profundos.

De hecho, los conceptos de Yoga y Naturaleza están íntimamente ligados. El yoga nació en las montañas y se inspiró en las leyes de la naturaleza. La mayoría de los nombres de las asanas o posturas físicas de yoga reciben sus nombres de animales (camello, gato, vaca, etc..) o de elementos de la naturaleza (montaña, árbol, etc..). Esto nos demuestra que los antiguos maestros ya observaban la naturaleza y vivían en harmonía con ella.

Además, hay muchas lecciones que nos da la simple observación de la Naturaleza: la lentitud, el paso de las estaciones, la interconexión de todo lo que nos rodea…

¿Cómo nos predispone el yoga, y cómo nos ayuda para sacarle el máximo partido a esta experiencia viajera?

El objetivo del yoga es conectar con el momento presente sin juicios ni apegos. De hecho, en el yoga se considera que el único momento que existe es el momento presente, no obstante, si nos fijamos en nuestro día a día, estamos siempre con la mente puesta en lo que hicimos en el pasado, en lo que teníamos que haber hecho y no hicimos o bien planificando lo que tenemos que hacer en el futuro.

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Viajes de meditación, contrapunto al turismo convencional.

Viajes de meditación, contrapunto al turismo convencional.

Pocas veces estamos de forma consciente con la atención enfocada en el momento presente. El yoga nos entrena para ello y pienso que esto es muy importante cuando viajamos (sea en el tipo de viaje que sea), y de hecho en la vida en general, pues hay momentos, paisajes, detalles o lecciones que a veces nos pasan desapercibidos por querer ir rápido y por la falta precisamente de atención. El yoga nos permite ser muy conscientes de lo que sucede a cada momento.

La meditación, muy presente en las tendencias en viajes

¿Consideras que los viajes de meditación son una tendencia en auge? Basta ver la infinita cantidad de propuestas en internet para ratificarlo. ¿Todo vale?

Si que son una tendencia y pienso que es precisamente por esta necesidad que tenemos de buscar estos espacios de calma que comentábamos fuera de la vorágine del día a día. Y no todo vale, partiendo de la base de que cada persona es diferente yo siempre recomiendo buscar información, investigar bien hasta encontrar aquel viaje que nos encaje, no solo a nivel de duración y destino sino sobretodo por el tipo de prácticas de que se compartan en él.

Hay muchas formas diferentes de meditación y cada profesor o profesora también tiene una forma propia de compartir. Pienso que es importante conocer y confiar en la persona que lo va a ofrecer. Quizás podemos asistir a sus clases de yoga en caso de que las ofrezca presencialmente o online, hablar previamente con ella, no nos quedemos con la primera propuesta que encontremos.

Esto es algo importante pues como decía cada persona es diferente, quizás tu prefieras un retiro de silencio, otra persona le será más fácil meditar cantando mantras o andando, otra preferirá prácticas de yoga dinámicas o quizás si nunca hemos practicado yoga, queremos un retiro donde se expliquen conceptos teóricos básicos y las prácticas de posturas sean más suaves. Es importante informarnos y contrastar bien antes de decidirnos por un viaje u otro.

Todo viaje tiene una preparación previa y una ejecución. Pero pocos hablan del post-viaje, del día después. Tú insistes en que, a su término, el viaje no ha terminado y es hora de examinarse a uno mismo, ¿Puedes explicarnos por qué?

Los viajes en general siempre generan cambios a nivel interno, ya que nos aportan nuevos aprendizajes, experiencias o formas de ver la vida, y en los viajes de meditación esto puede ocurrir de una forma más profunda pues nos conducen a estados de mucha consciencia y claridad mental en los que, de manera natural, pueden surgir ideas, reflexiones o soluciones a dudas existenciales que tenemos.

Para mí es importante tomarnos un tiempo de descompresión al llegar a casa, como mínimo un par de días, para poder ir asimilando aquello que hemos vivido, reflexionar si queremos hacer algún cambio en nuestra vida o cómo podemos incorporar las prácticas de meditación aprendidas. Siento que, si no nos damos este tiempo y pasamos de forma drástica de la calma y el silencio del viaje a la vorágine del día a día, el choque de realidad puede ser muy fuerte además de no disponer del tiempo necesario para reflexionar e integrar bien los aprendizajes del viaje.

¿Tiene sentido viajar de manera compulsiva? Tú eres bastante crítica al respecto, pese a haberte formado en Turismo y haber organizado trips.

Actualmente vivimos en la era del consumo rápido y esto también se está trasladando en la forma en que tenemos de viajar, queremos viajar mucho y rápido y ver muchas cosas en poco tiempo. Además, las redes sociales y muchos influencers de viajes están convirtiendo viajar en algo muy superficial.

Llevo viajando toda mi vida y recuerdo cuando viajábamos con un par de carretes de 24 fotos.Actualmente nos enfocamos tanto en las fotos que nos perdemos lo realmente importante: la conexión auténtica y real con el lugar y su gente.

Además, viajar genera un gran impacto sobre los territorios y sus habitantes y por lo tanto no podemos tomárnoslo como un juego o un mero entretenimiento, sino que es importante hacerlo de forma cuidadosa y respetuosa, siendo conscientes del impacto que generamos en el Planeta. Esto es el verdadero yoga.

Yoga e inmersión cultural en Filipinas

En este sentido, has decidido hacer un alto en el camino. ¿Quizá un reset antes de volver a organizar viajes?

Si, quiero darle un nuevo enfoque a mi proyecto centrándome principalmente en viajes slow a Filipinas. En ellos, además de la práctica del yoga, añadiré el componente de inmersión cultural para compartir y dar a conocer como es la vida real de su gente, sobre todo en el entorno rural que es donde vive mi familia.

La idea es, no solo poder ver cómo es la vida sino participar activamente de ella (cuidando el huerto, plantando arroz, yendo al mercado, cocinando los platos de tradicionales...), es decir vivirlo en primera persona. También visitaremos proyectos sociales locales que conozco y que son realmente interesantes. Siento que cuando la gente visita el país conoce solo una pequeña parte de él, se queda solo en la superficie, en el paisaje bonito, pero no llega a conocer su verdadera realidad, como es la vida allí y esto es lo que quiero compartir.

Llevo yendo y viniendo a Filipinas desde que nací y en estos 48 años he visto en primera persona cómo ha evolucionado el turismo en el archipiélago. Justamente yo estudié Turismo y mis trabajos tanto en la carrera de Turismo como en el posgrado en Consultoría Turística que cursé me dediqué a investigar por qué en ese momento las cifras de turistas en Filipinas eran tan bajas comparadas con otros países del sudeste asiático.

R1 - Saud Beach, Ilocos Sur. Photo by Beautiful Destinations courtesy of the Department of Tourism.jpg
Saud Beach, Ilocos Sur, en Filipinas.

Saud Beach, Ilocos Sur, en Filipinas.

Actualmente, 25 años después, el número de turistas está creciendo exponencialmente debido principalmente a la mejora de las infraestructuras, al aumento de vuelos tanto internacionales como domésticos, de las flotas de barcos y de las rutas marítimas entre islas.

En el 2024 llegaron al país 6 millones de turistas. Ello está generando un gran impacto a nivel medioambiental y social: aumento de la contaminación, pérdida de biodiversidad, escasez de recursos naturales e impacto en la vida de sus habitantes que muchas veces trabajan en condiciones laborales lamentables, pierden sus tierras y se ven obligados a vivir a otros lugares más alejados. De hecho, esto está pasando en todo el planeta, aquí también, pero cuando esto sucede en países en los que las personas no tienen derecho a protestar como hacemos nosotros, se dan situaciones de grave indefensión y explotación silenciosa.

Personalmente pienso que vivir entre estas dos tierras y conocer las necesidades del mundo occidental/Norte Global y a la vez la realidad del Sur Global, me permite ver la situación actual con una perspectiva más amplia y por eso quiero compartir y ofrecer viajes que busquen conexiones más pacíficas, auténticas y respetuosas con nosotros mismos, con la Madre Tierra y todos los seres.

El yoga no es solo sacar la esterilla y hacer unas posturas al día, sino que es aplicar su filosofía a cada paso y en cada decisión de nuestro viaje.

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