En julio de este año, en Barcelona, miles de personas protestaron contra el turismo de masas y las imágenes de manifestantes mojando con pistolas de agua a los turistas sentados en las terrazas recorrieron el mundo. ¿Qué está impulsando esta clase de movimientos en los españoles?
Turismo de masas: ¿Qué cambios notan los españoles?
Según un informe, los españoles consideran que la mejora del transporte y el límite de las viviendas turísticas son clave para gestionar el impacto del turismo.
Según un reciente informe de YouGov, "la actividad turística parece estar generando un impacto negativo entre los residentes, que se traduce en algunas protestas, de las que los medios se han hecho eco reiteradamente en los últimos meses".
De acuerdo con el reporte de YouGov, el 69% de los españoles encuestados tienen una actitud positiva con respecto a los turistas que visitan sus ciudades o pueblos, y sólo el 6% manifiesta una postura negativa.
En las grandes capitales, sin embargo, la valoración negativa incrementa de forma significativa, hasta el 12%. En ese sentido, casi la mitad de los encuestados en las grandes metrópolis españolas (48%) ven al turismo como un problema creciente en su ciudad.
Cambios en los destinos debido al turismo de masas
Al preguntar a los entrevistados acerca de los cambios que han notado en sus ciudades o pueblos debido al turismo, el 43% y 35%, respectivamente, vieron incrementados el coste de vida y de vivienda.
Además, percibieron un aumento del ruido nocturno (29%) y notaron congestión y sobrepoblación (26%).
Por otro lado, también existe la percepción de que el turismo impacta positivamente en cuestiones como la generación de empleo (32%), y la mejora de infraestructuras (19%).
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¿Qué medidas se pueden adoptar para gestionar el impacto turístico?
Cuando se les preguntó a los españoles encuestados qué medidas adicionales creen que deberían implementarse para gestionar el impacto del turismo, el 47% contestó "mejorar el transporte público" y el 46% limitar las viviendas turísticas.
Con respecto a esta última, si tenemos en cuenta sólo a los habitantes encuestados en las grandes ciudades, el porcentaje aumenta hasta el 60%.
Para frenar la subida de los precios de las viviendas, el Ayuntamiento de Barcelona no concederá más licencias para uso turístico a viviendas residenciales y tampoco renovará las existentes en noviembre de 2028 . Esta medida hará que más de 10.000 pisos turísticos pierdan esa condición y pasen al uso residencial.
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