Es una de las grandes dudas que surge cuando un gobierno convoca elecciones en algún territorio: ¿y si me llaman para presidir o ayudar en una mesa electoral el día de los comicios? Después de las elecciones municipales y regionales del 28 de mayo, parecía que muchos se iban a despreocupar de esa pregunta, hasta ahora. Y es que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convocó este lunes elecciones generales anticipadas el próximo 23 de julio. Una convocatoria que recibirá el diminutivo de Elecciones 23-J y que llegó esta semana por sorpresa tras la debacle socialista en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.
Elecciones 23-J, en vacaciones: ¿y si me llaman de una mesa?
Urna electoral española en el año 2019
Pero más allá de análisis políticos, la cita pilla a media España de vacaciones. Y ello vuelve a traer a la palestra la pregunta mencionada. Aunque la respuesta puede variar.
De primeras, todos los expertos consultados son claros: si ya tenemos reservadas nuestras vacaciones y cuadra que ese 23 de julio nos llaman para presidir o ser vocal de una mesa electoral, es una obligación legal acudir. Da igual si la reserva se realizó con meses de antelación: perderemos las vacaciones.
Eso sí, algunas compañías recomiendan tener contratado un seguro de cancelación al reservar sus vuelos y hoteles. Esto permite la devolución del dinero o el cambio de fechas en este tipo de casos con tan mala suerte. Por su parte, empresas como Vueling subrayan que el pasajero puede intentar también “acogerse al hecho de que el desplazamiento del viaje supone un prejuicio económico y que por ese motivo no puede cancelarlo para acudir a la mesa electora”.
Para ello, se puede justificar la ausencia en la mesa electoral por tener un viaje programado presentando una solicitud o carta de renuncia de mesa electoral en la que se detallen los motivos que impiden a un ciudadano ser miembro de la mesa electoral. La Junta Electoral de Zona será la encargada de tomar la decisión definitiva, aunque es importante recalcar que presentar la solicitud o carta de renuncia (siempre dentro de los siete días posteriores a la notificación de la convocatoria) no asegura que uno se pueda librar de la cita.
Así, solo queda probar fortuna enviando la documentación a la Junta Electoral y encomendarse a la suerte para revertir esa situación. Eso, o contratar seguros que mitiguen el impacto de cancelar las vacaciones por ser un buen ciudadano.
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