Primero fue la crisis inflacionista que vive España (y Europa); después, el adelanto electoral del 23 de julio y, ahora, el enfriamiento de las reservas según algunas agencias de viajes. Llevamos semanas escuchando motivos por los que este verano 2023, que iba a ser récord en reservas, podría acabar siendo un “quiero y no puedo”. Sin embargo, hay datos que defienden la fortaleza del turismo.
Verano 2023: hay crisis, pero las vacaciones no se tocan
Un estudio de Simon-Kucher zanja el debate sobre el enfriamiento en el sector turístico este verano: los españoles viajaremos más, pero gastando menos.
Aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas.
En primer lugar, patronales de AA.VV como Acave publican cómo las reservas no paran de aumentar, superando en un 15% las registradas el año pasado. Ahora, Simon-Kucher, una consultora global de estrategia y marketing, desataca en su estudio “Unlocking Growth in Times of Uncertainty”, que los viajeros españoles van a irse de vacaciones este verano aunque su situación económica sea peor que el año pasado.
La consultora revela que el sector turístico español experimentó en estos últimos meses un aumento significativo en ingresos respecto a 2019, contribuyendo positivamente a la economía del país. “Estos datos son muy optimistas y sugieren que el turismo seguirá siendo un motor importante de crecimiento económico en el futuro cercano, especialmente con la llegada de la temporada alta”, reza el informe.
Aumentan los viajeros con mejor situación financiera
Además, el estudio de Simon-Kucher revela que el porcentaje de los consumidores que se sienten más optimistas con su situación financiera incrementó 12 puntos porcentuales, tanto en España como a nivel global.
Sin embargo, estas cifras deben ser tratadas con precaución, dice el informe, ya que España se sitúa como el país con mayor grado de incertidumbre financiera para los próximos 12 meses con hasta un 55% de los consumidores que manifiesta preocupación, ligeramente por encima de países como Francia o Italia.
Pero fuentes del sector de las agencias de viajes apuntan que, aunque las reservas pueden haber crecido, mantienen su escepticismo por si los viajeros gastan menos en sus vacaciones. Lo cierto es que, por el momento, nada parece indicar que esto se vaya a producir.
Según el último análisis de consumo publicado por CaixaBank Research, el gasto ligado al turismo creció un 0,4% interanual en el último mes. Es decir, que no crece a unos niveles tan altos como en 2022, primer año desde 2020 en el que durante el verano no hubo restricciones sanitarias por el covid, pero no se desploma.
“Podemos ver cómo el consumo turístico no baja, pero sí está dando señales de que el margen de crecimiento del turismo doméstico durante la temporada alta es relativamente reducido, más teniendo en cuenta que las salidas al extranjero se están reactivando”, subraya la entidad bancaria.
Queda esperar y comprobar si las previsiones de agencias de viajes y demás miembros del sector turístico se cumplen o si los síntomas de enfriamiento se cumplen, dando un mazazo (más moral que económico) en buena parre del sector turístico.
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