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Trenes en España: diez años de liberalización a trompicones

La llegada de competencia al mercado de trenes español cumple una década: ¿cómo se logró la liberalización total? ¿Cómo está el sector en 2023?.

La llegada de competencia al sector de los trenes fue una de las mejores noticias para el viajero que quiere deseaba moverse por España: más competencia, mejores precios, mayor calidad de servicio y aumento de frecuencias son solo algunas de las ventajas que trajo la liberalización del sector.

Sin embargo, el proceso de liberalización en España no fue sencillo ni rápido: comenzó a finales de la década de 1990, como resultado de la implementación de políticas europeas de liberalización del mercado ferroviario y se llevó a cabo en varias etapas, que pasamos a resumir:

De 1991 a 2003: Fin del monopolio absoluto centralizado

España venía de una época de privatizaciones muy sonadas: Telefónica o Iberia eran solo unas de las más destacadas y que todavía perduran en el imaginario colectivo, pero llegaron a ser decenas las sociedades estatales que pasaron a manos privadas con el beneplácito de gobiernos conservadores y progresistas (PP y PSOE).

Uno de los primeros ferrocarriles operados por el gobierno catalan.png
Uno de los primeros ferrocarriles operados por el gobierno catalán

Uno de los primeros ferrocarriles operados por el gobierno catalán

Sin embargo, liberalizar todo un mercado como el ferroviario eran palabras mayores. Y más teniendo en cuenta la carga simbólica que siempre tuvo el tren en España. Por eso, cuando el gobierno socialista de Felipe González anunció en 1991 que iniciaba el proceso de liberalización del mercado ferroviario español, muchos quedaron en shock.

El proceso arrancaba con las primeras iniciativas para liberalizar el mercado creando dos operadores ferroviarios regionales, Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana (FGV) y Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC), así como la privatización parcial de Renfe Operadora, la empresa estatal de ferrocarriles. No había nada privado en ello, pero Renfe dejaba de tener el monopolio absoluto.

Era el primer paso para un proceso de liberalización complejo, que acabaría alargándose en el tiempo por sucesivos cambios en el Ejecutivo, promesas electorales incumplidas y trompicones administrativos que debían contar con el visto bueno judicial.

De 2003 a 2005: Los tres años decisivos

En esta etapa, se estableció la Autoridad Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), encargada de supervisar la liberalización del mercado ferroviario y de promover la competencia. También se creó la empresa ferroviaria privada Continental Rail, que operó servicios de transporte de mercancías en la red ferroviaria española, siendo un punto de inflexión en el monopolio histórico de Renfe.

De 2005 a 2009: El fin del monopolio público

Durante este periodo se produjeron importantes cambios en el mercado ferroviario español. Se crearon nuevas empresas ferroviarias privadas, como Comsa Rail Transport, Acciona Rail Services, y Logitren Ferroviaria, que comenzaron a operar servicios de transporte de mercancías en algunas líneas ferroviarias, reduciendo costes de manera importante.

2009-2013: Entrada masiva de la competencia en el sector de mercancías

Esta etapa, aunque fue corta, supuso el principio del fin del proceso. Se culminaron avances en la liberalización del mercado ferroviario muy importantes, sobre todo con la creación de nuevas empresas ferroviarias privadas y la apertura de la red ferroviaria a la competencia en el transporte de mercancías.

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Ana Pastor, ministra de Transportes en 2012, en la rueda de prensa en la que anunció la liberalización del sector ferroviario en España.

Ana Pastor, ministra de Transportes en 2012, en la rueda de prensa en la que anunció la liberalización del sector ferroviario en España.

También se liberalizó el mercado de los servicios de alta velocidad, lo que permitió a las empresas privadas operar servicios de trenes de alta velocidad. Realmente no hubo competencia firme a Renfe, pero sí supuso el pistoletazo de salida a las empresas interesadas.

De 2013 a la actualidad: Liberalización total del sector

Y llegamos a esta última etapa, la del mercado ferroviario completamente liberalizado, en el que se permite la entrada de nuevas empresas ferroviarias privadas que compitan con Renfe en el transporte de pasajeros y de mercancías. Esto implica la llegada de importantes inversiones en la mejora de la infraestructura, especialmente en la red de alta velocidad, lo que permitió una mayor eficiencia y calidad en los servicios.

Fue es ese año 2013 cuando el gobierno conservador de Mariano Rajoy liberalizó el mercado de la alta velocidad, dando paso a empresas como Ouigo España, que ofrece servicios de trenes de bajo coste, o ILSA (empresa italoespañola propiedad de Trenitalia y Air Nostrum).

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Trenes de las compañías Iryo, Avlo y Ouigo en las estación de Chamartín (Madrid).

Trenes de las compañías Iryo, Avlo y Ouigo en las estación de Chamartín (Madrid).

Este proceso y la llegada de empresas que compitiesen con el AVE estaba contemplado que finalizase en 2015, pero la cadena de gobiernos en funciones por la parálisis gubernamental, las numerosas convocatorias de elecciones generales a partir del año 2016 y los lentos procesos burocráticos, acabaron retrasando, aún más, la liberalización.

En el transporte de mercancías, la liberalización se produjo en etapas anteriores, pero en los últimos años se ha producido un aumento de la competencia y una mejora en la calidad de los servicios ofrecidos. Actualmente, existen diversas empresas ferroviarias privadas que operan servicios de transporte de mercancías en la red ferroviaria española, como DB Cargo, Renfe Mercancías, Comsa Rail Transport, Acciona Rail Services, Logitren Ferroviaria, entre otras.

Ahora, en pleno 2023, se puede confirmar que la liberalización del mercado ferroviario trajo consigo parte de las promesas políticas lanzadas en su momento: el número de frecuencias se incrementó considerablemente y el precio medio del billete bajó (hasta un 50% en rutas como Madrid - Sevilla, que tienen un precio de 18 euros en empresas como Iryo). Ahora, queda por ver si la tendencia sigue igual o si la competencia disminuye al haberse asentado el mercado.

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